Un año y medio sin vos
Hoy
te fui a visitar, mi guerrero con un sol atrás…
Y me acordé de cómo te gustaba la historia
y la mitología griega, romana, primero y después de distintos lados…
Y eso pensaba mientras el sol te calcinaba y yo te
ponía unas flores… y lloraba… como es lógico este dolor sin consuelo y sin
nombre…
Cuando volví, me puse a buscar uno de esos dibujos que hacías cuando no tenías ni tres años porque
siempre te gustó escribir y dibujar.
Aquí tengo tu
primer escrito de cuando tenías tres años y yo te enseñé a escribir, sólo el
alfabeto y la combinación de algunas letras… Y te fuiste a tu pieza y trajiste el libro de Los tres chanchitos que todavía está en esta casa… y te pusiste a leer
directamente y te paraban en los signos que no entendías… los signos de
puntuación que no te había enseñado.
Y yo entonces te toqué la frente pensando que
estabas afiebrado…
Y te volviste a ir y me
viniste con tu primer escrito… que después mandamos a plastificar…
Tenías tres años y
dos meses… es del 28 de junio de 1976.
Ibas a Pininos…
Yo te enseñé
a escribir y a leer en la cocina del departamento de Estomba al lado de la vía
del Mitre…
Y desde allí
empezaste tu amor por la lectura, la escritura y todas las artes porque, mal o
bien, las practicaste todas…
Y, ya en
Amsterdam, cuando estabas en la escuela, algunos de tus maestros no entendían
que dibujaras y les hablaras de historia y de mitología…
Pensaban que tenías
que tener otro tipo de referencias para la fantasía…
Fantasía que ellos no
podían entender…
Vos inventabas personajes en función de tus
conocimientos y no de los de ellos…
Y de tus necesidades de expresión de una
vida muy intensa desde muy muy chico…
Mariano… estés
donde estés, se te extraña cada día más…
Y repito: este dolor no tiene nombre ni tiene consuelo, compañerito...
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