domingo, 25 de noviembre de 2018


                                  El dulce sabor
                                                      de lo prohibido


 


        Testimonio de un joven grafitero
argentino que aprendió el oficio en
Holanda, en donde vivió prácticamente

toda su vida.
         
Allá, dice, los grafitis
aparecen en los lugares más
inesperados y chocantes.
..


       “Me sorprende, muro, que tú que soportas el tedio de tantos escritores, estés  aún en pie". Estas palabras, grabadas en un muro de Pompeya en los tiempos del Imperio Romano, son el testimonio más antiguo de arte del grafiti. Ya en esa época se conocían las dos formas clásicas de grafitear: el dibujo y la leyenda. En la Argentina estamos más acostumbrados a esto útimo. Pero en Europa, el grafiti apunta más al diseño, a la forma y el color. Los grafitis artísticos nacieron en el Bronx neoyorkino, como un hobby de los jóvenes de clases bajas en los ghettos. Poco a poco llegóa los subterráneos como arte caligráfico. En los ochenta aparecen el break-dancing y el rap  como géneros musicales independientes. Y en algunas películas se pueden ver a los break- dancers y a los rappers bailando y cantando con un fondo atiborrado de grafitis. Así, por via del cine, el grafiti cruza el Atlבntico y de- sembarca en Europa. En Londres algunos grupos escribían mensajes críticos en los camamarines de las discotecas en donde actuaban como The Clash y Sex Pistols. A todos les empieza a atraer el dulce sabor de lo prohibido, sobre todo al enterarse de los riesgos ciertos que corre el grafitero.


Arte clandestino

       Los artistas de grafiti, llamados writers, adoptan seudónimos como Dr. Rat, Shoe, Joker [en Amsterdam], entre otras razones porque su arte es clandestino. Es público por cuanto se muestra al aire libre, pero la ejecución y la autoría deben mantenerse en secreto, especialmente ante la curiosidad policial. 
       Al principio estos chicos salían solos, de noche, y equipados con aerosoles, marcadores y guantes, para no mancharse los dedos con tinta. 

La razón de este último detalle no tiene que ver precisamente con la higiene, sino más bien con la intención de borrar pruebas ante la autoridad. Para hacer sus obras buscaban los lugares más alejados, pero a la vez bien visibles. Al volver al sitio, al día siguiente, solían encontrar a otro artisra haciendo lo suyo. De ese modo se entablaban relaciones entre grafiteros. Cada uno empieza a conocer el seudףnimo del otro, y llega a establecerse una especie de logia, conocida con el nombre de crew. Así surgieron los Crime Time Kings, de París, que con el tiempo incluyeron en su fila a artistas de Berlín, Londres, Amsterdam y Copenhague. 

       No siempre el artista de grafiti realiza una obra maestra. Muchas veces se dedica solamente a estampar su firma en los trenes o edificios, siempre cuidándose de que nadie lo vea. En Amsterdam obras y firmas aparecen en los lugares más inesperados y chocantes. El grupo Cat 22 hizo un grafiti de dos metros de altura en el Palacio de la Reina de Holanda burlándose de la monarquía. Y en la misma ciudad, los grafiteros del Kid Cyrus 45 se treparon a un caño y dejaron su nombre indeleble frente al Cuartel Central de la Policía.
 
KID CYRUS

¿Política o simple rechazo?

       En 1986 los agentes neoyorquinos detuvieron a Seen, considerado como el mejor artista de grafitis del mundo. Lo condenaron a dos años de cárcel por haber realizado un "trabajo" de tres metros de altura y diez de ancho sobre las dos eles del monumento a Hollywood.
       Los artistas de grafiti holandeses suelen dedicar sus trabajos a sus compañeros, o son capaces de realizar un mural excepcional para el cumpleaños de su novia. A veces convierten su obra en un homenaje a determinados líderes políticos de los años setenta como
Malcom X, Martin Luther King o el Che Guevara. Por lo general no se meten en política directamente. Pero al encarar un grafiti, e algun modo critican a una sociedad indiviualista, de la que se consideran marginados y por la que son vistos como seres asociales. Para ellos lo que resulta en la pared es, por sobre todo, un gesto de reafirmación de su personalidad, en un mundo que se tambalea entre la mediocridad, las reglas y la hipocresía.

Texto, grafiti y foto de
Mariano Labraña.


Publicado en Ciudad B N° 3,
Buenos Aires, agosto 1993.







65      MESES SIN VOS...               Es imposible de superar...        Y más cuando uno ve todo lo que tenías...        todo lo que te int...