miércoles, 22 de mayo de 2019


La caverna

         Es entonces que comienza su educación, paulatinamente empieza a adaptarse a su nuevo mundo, discierne sombras, luego imágenes, objetos y finalmente el sol. Comienza a escuchar otras opiniones, nuevos conceptos, a leer artículos periodísticos, luego revistas, después abre un libro, luego otro, termina yendo a una biblioteca, compra libros por su cuenta, piensa, deduce, cuestiona y arma teorías propias. Se aproxima a la luz del sol, a la Idea del Bien y se convierte en filosofo. Entonces se da cuenta de que tiene una “misión”: despertar a sus ex-compañeros en la caverna. Debe concientizarlos de que las sombras son apariencias y que existe la verdadera realidad mas allá de los confines de la oscuridad de la caverna. Debe indicarles que están viviendo una vida animal y no humana, incitarlos a buscar su propia identidad y librarse de las cadenas de “la gente”. Debe mostrarles que los valores de Hollywood no son las medidas de bondad, virtud o belleza, que una madre soltera puede perfectamente brindarle amor y educación a su hijo, que el estudio no es un medio para lograr dinero, sino un medio para obtener conocimiento, que es un fin en sí.
         Si el éxito depende de la belleza física o de la posición económica, Sócrates, Einstein, Foucault o Stephen Hawking entonces… ¿no fueron exitosos?
         Pero cuando el filósofo vuelve a la caverna es cegado de nuevo, pero ahora por la falta de luz. Se acostumbró a la realidad y no puede volver a concebir las sombras como objetos reales. Una vez abiertos los ojos no pueden volver a cerrarse. No verá las sombras reflejadas y no podrá competir con los encadenados… porque ahora empezó a ocuparse de las ideas morales, metafísicas y matemáticas y no se ocupa más de las cosas sensibles ni de las imágenes.

         Los prisioneros piensan que la única realidad es la caverna y que las sombras son objetos reales. Por lo tanto, si el filósofo que, antes de salir de la caverna, reconocía las sombras y competía tan bien como cualquier otro filodoxo en distinguirlas, ahora no las puede distinguir, su salida debe haber sido perjudicial.
Acuarela de Mariano s/f de cuando era muy chico tal vez en la Primaria en Amsterdam
         
        Si le preguntamos a un ingeniero nuclear o a un bioquímico que está compenetrado en su labor profesional por qué Susana Giménez se peleó con su marido o cuándo es el cumpleaños de Maradona es muy probable que no lo sepa.
         La gente que vive en el mundo sensible, que vive mirando televisión o leyendo Caras  dirá que es un ridículo. Pero él en realidad esta buscando un nuevo anti-virus o una nueva forma de energía en beneficio de toda la población mundial.
         El filósofo no distingue las sombras de la caverna como antes, no sirve en el mundo de las cosas sensibles.
         Y además quiere liberar a los encadenados. Pero estos suponen que su salida lo perjudicó y se resisten al ascenso dialéctico o hasta pueden llegar a matarlo como a un mosquito molesto que pica a un caballo apático.



®© Mariano Ruy Labraña Sebastián,  1998.

        Trabajo práctico sobre la Alegoría de la caverna
Platón – La república
                                   Asignatura: Filosofía - Profesora: Marta Simeone
                                                    Curso de verano 1997/98 -  Jueves Turno Noche
                   Universidad Argentina John F. Kennedy
                                         Marzo 19, 1998.



                                    


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