Día de la Madre
2019
Hoy
es el segundo Día de la Madre que
paso sin vos…
Durante
años lo festejamos en Amsterdam en donde se celebra en el mes de mayo y, cuando
vinimos aquí no siempre lo festejamos...
Sin
embargo, por más comercial que muchos lo consideren -incluso nosotros-, es el Día de la Madre. Y es una fecha
inevitable, sea para recordar a mi madre como, ahora, para recordarte a vos de
una manera diferente porque tu muerte inesperada y vertiginosa no entraba en
nuestros cálculos ni en nuestros proyectos ni en algo así que se pareciera al
futuro…
Como
buen amante de la Grecia antigua, de lo oriental, de todos los mitos, religiones
y culturas -porque desde muy chico eras
curioso, ecuánime y ávido del saber [por algo aprendiste a leer a los tres
años]-, tomaste el latino Carpe Diem
como un símbolo… Sin embargo, no dejabas de pensar en el futuro, tenías tus
planes, tus ganas de hacer cosas, de tener hijos...
Aquí
posteo uno de los poemas que te hice cuanto te tenía en mi panza… Sí, porque lo
único que aumenté fue la panza…
En
esa época no se sabía hasta último momento el sexo del bebé a nacer. No existía
la ecografía que tanto cambiaría al mundo y también cambiaría algunas opiniones
mías sobre la vida y la naturaleza.
Este
poema fue escrito en el contexto de nuestras ideas y de nuestro accionar de esa
época. De ahí, que tenga referencias que ahora seguramente no escribiría… Y vos
bien sabés lo que fue ese tiempo porque fuiste mi compañerito de aventuras y
desventuras de esas circunstancias difíciles… Pero no tan difíciles como no
tenerte…
Quiero
prometerte -como alguien me sugirió hoy- que voy a tratar de no decaer… Por
vos, por seguir tu ejemplo -«los roles
invertidos», me provocarías- y además porque supiste ser un guerrero generoso
en tu vida… Y la prueba está en todos los que te recuerdan, te homenajean, te
respetan… En fin, te quieren.
Mariano,
gracias, porque, a pesar de todas las broncas y discusiones, nuestro amor
estaba siempre.
Mariano,
gracias, porque sin vos no hubiera sido
Mamá…
Y
gracias por haber sido «tu mamá», querido Mamo….
A mi hijo
Cuando vos nazcas
aclarará la mañana.
Mezcla de guerrero y de poeta
tu corazón será una rosa,
una rosa pálida o ensangrentada.
Si eres niña,
tu risa será una campana,
tu cuerpo una vasija
donde escanciar el amor,
tus ojos, cuando leas un poema,
dos lágrimas
y si algún día te vence la tristeza
la fuerza estará en tu corazón
hecha de silencio y de esperanza.
Si eres niño,
tu mano tendrá la forma
de una caricia o
de un arma,
tu pecho será un pañuelo
donde se enjugarán muchas lágrimas
y tus ojos, una mezcla de tormento
y de distancia.
Tu vida será una cuenca
donde el amor y la libertad
se hermanan.
Siendo mi hijo
la victoria tendrá tu nombre
aunque tengamos que hacerla
para nombrarla.
© Ana Sebastián, octubre 18, 1972.
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