Mariano
45 meses…
«Siempre adelante seguía
y siempre se hacía más ancho…
y todo nuestro correr
parecía fugar eterno. »
Johan Wolgang von Goethe
West-Östlischer
Divan, 1819
–inspirado en Diwãn -1368-
del poeta sufi Hafiz Shirazi
[Shiraz, hoy Irán 1325 – Ibidem, 1389]
Mariano, compañerito en las buenas y en las malas que siempre fuiste adelante conmigo… hoy no puede ir a verte ni llevarte flores… y me siento con culpa…
Sigo cada día más triste y, al leer este verso del Diván del Oeste y del Este de Goethe,
pensé en vos, que «siempre adelante» seguías conmigo y te me adelantabas
siempre como te adelantaste en esta ida prematura.
Y me vino a la mente cuando nos fuimos de Argentina y vos te
adelantaste al cruzar la frontera con Brasil y decirme: «Prohibido está mal
escrito». El cartel estaba ya en Uruguayana…
Y llegamos juntitos a otro lugar –como habíamos llegado antes, en 1976, a Asunción del Paraguay, tipo de país feudal que yo pensaba hasta entonces que esos países sólo existían en las películas de Hollywood-. Y a la semana huimos de eso que, para mí hasta mi cáncer, fue el sinónimo del infierno y volvimos a Buenos Aires a seguir corriendo nuestras aventuras y desventuras.
Primero llegamos a Río de Janeiro. Y de ahí enseguida nos mandaron para un lugar que desconocíamos hasta de nombre.
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Septiembre de 1977 en Pão de Açúcar |
Y al leer lo de Goethe y lo del poeta sufi del Diwan,
me vino a la mente Muriquí… que ya veíamos como un paraíso…
Y ahí escribí este poema con vos de mi mano el 9 de septiembre
de 1977…
Poema que, modificado, apareció en mi último libro de poesía en
la parte que se llama Los brazos del
olvido
Refugio
Ahora el mar es un remanso:
la dulce bahía de
los sueños
y el cielo es
más azul
tras los cerros enarbolados
y quietos,
tras la niebla crepuscural
de los cerros
y las palmas,
y la luna
un viejo y ancho rojo
círculo
tras la noche y los cerros.
El camino del destierro...
cincuenta y cinco horas
de viaje
y atrás otra luna,
la llanura,
la pampa interminable
atrás,
el tiempo...
Aquí, la tierra después del
naufragio
y cada uno,
el salvavidas primero.
¡Oh, triste es el
refugio de los muertos!
Atrás otro mar,
no esta bahía tranquila,
sosegada de los viejos sueños
y en ese otro mar nuestra nave hundida,
la única tabla de
nuestra balsa
la cruz de un madero en un mar
ensangrentado
y vos, marinero antiguo,
aún naufragando,
aún sin encontrar
el rumbo de los viejos
poetas
en el pequeño refugio
de sol
en las perdidas bahías.
Y ahí estabas vos…
Y siempre estás vos, estrellita aún en
la noche nubladas…
aunque te llore, te extrañe, siempre adelante… aunque sea lo más injusto que vivimos...
Y tanto Caro como tu padre sigan cuidando tus perritos a los que adorabas...
Mayo 2, 2022.